Blog económico que te introducirá al mundo económico de la mano de dos estudiantes de ADE+DERECHO cuyas prioridades serán convertirse y convertiros en un experto economista para saber mañana por qué las cosas que predijo ayer no han sucedido hoy.
miércoles, 7 de enero de 2015
El fútbol ya no es lo que era.
Antes de empezar un partido de fútbol nosotros podemos apostar por la victoria de uno de los dos equipos los cuales se enfrentan y acertar con una probabilidad de un 70 por ciento aproximadamente solo con saber cual de ellos tiene más poder adquisitivo.
Un ejemplo para entender esto fácilmente es cuando se enfrentan el Barcelona contra el Córdoba, el partido está más que resuelto antes de empezarlo debido a la cantidad de beneficios que tiene el Barcelona que le permite fichar a todos los jugadores de "moda" de cualquier equipo del mundo, tener un estadios de los grandes de España muy bien acondicionado y con muchos lujos, pagarle un sueldo multimillonario a la mayoría de sus jugadores... pero realmente los verdaderos aficionados del fútbol prefieren ver un partido sin emoción pero con jugadores mundialmente conocidos a ver un partido de equipos en igualdad de condiciones y vivir el fútbol en estado puro, como se vivía antes.
Podemos afirmar que el fútbol europeo está organizado como una empresa capitalista pura y dura, dónde no existen reglas a diferencia del fútbol estadounidense donde las ligas imponen a los clubes ciertas reglas para asegurar, en principio, un espíritu competitivo general. Cada club es una empresa financiera si tiene dinero comprara a los mejores jugadores y tendrá muchas posibilidades de dominar los campeonatos europeos y nacionales, lo que al ganarlos aumentarán sus beneficios, pero si es al contrario y es pobre no contará con ninguna oportunidad y se basará en descubrir a jóvenes con talentos lo que aumenta el mérito de estos clubes, aunque estos después sean vendidos a los clubes mas ricos. Pero esto no siempre ha sido así.
Antes un club no podía contratar a mas de dos futbolistas extranjeros, es decir, que no tuvieran la nacionalidad de país de donde residía el club, pero esto termino con la sentencia de Bosman. Jean-Marc Bosman era un jugador belga que en 1995 llevó la normativa de los dos extranjeros ante el Tribunal Europeo de Justicia. Alegaba que el límite de los dos jugadores no nacionales era una violación del compromiso de la UE para la libre circulación de mano de obra entre países miembros.7
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